Acoger es político
- Diásphora Psi

- 31 jul
- 2 Min. de lectura
Iassana Scariot
La llegada a la familia es deseada y, generalmente, se narra con palabras y acciones de bienvenida. Al ingresar a una institución de estudio o trabajo, existen rituales de bienvenida para que la estancia se viva con entusiasmo y compromiso. Y cuando los migrantes llegamos a un nuevo lugar, ¿quién nos recibe? ¿Cómo nos reciben? ¿Existen palabras o rituales que contemplen cómo este nuevo lugar acoge a quienes migran? ¿Cómo se da la bienvenida?
Acoger, más allá de albergar o proteger, es sostener un gesto. Es sostener una escucha viva, atenta, activa y comprometida. Es nombrar un espacio, y si no lo hay, excavarlo, descubrirlo, inventarlo. Es crear un lugar posible para estar, sentir, desarrollarse y reconstruirse. En este sentido, significa acoger el sufrimiento, la historia, el lenguaje, las marcas, el cuerpo y la voz del otro. Significa estar ahí, acompañar lado a lado, estar presente, sin dar respuestas ni moldear discursos. Acoger es crear un vínculo, incluir, abrazar, escuchar la vivacidad de experiencias únicas.
Político porque acoger no es un acto neutro. Es un acto con implicaciones éticas y políticas. El abrazo acogedor no es flexible, sino firme, seguro, e implica una fuerza reactiva implícita, no pasiva. Desde un marco territorial, Latinoamérica, desde un espacio de expresión. Política porque nos posicionamos en un mundo que intenta borrar las singularidades. Porque esta escucha está atravesada de una técnica atenta que permite y fomenta el reconocimiento de las historias de diversos sujetos, sin confiar en una "historia única". Política porque reconocemos y valoramos la diversidad de género, sexual e identidad. Política porque creemos en el poder del colectivo feminista, antirracista, antisexista y decolonial.
Acoger es político porque se opone a los discursos que estandarizan, que excluyen, que eligen quién puede y quien no puede pertenecer. Una clínica que vibra con el mundo, con el tiempo, con los cuerpos, con el lenguaje. Una clínica que alberga, comprometida con los derechos humanos y la salud mental. Una clínica que resiste. Acoger es político porque defiende la diversidad, las singularidades y las pluralidades. Acoger es político porque somos mujeres atravesadas por las marcas de la migración, la negritud y el feminismo. Sostenemos que la escucha clínica no termina en el consultorio; ocurre, también, en el ámbito social, trascendiendo muros, idiomas, fronteras y políticas migratorias.







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