Gicelma Barreto Nascimento
“Quiero romper con mi cuerpo, quiero enfrentarlo, acusarlo, por abolir mi esencia, pero él no me escucha y va por el rumbo opuesto .”
(Carlos Drummond de Andrade)
Hacer una historia sobre el cuerpo no es tarea fácil, ya que existen innumerables y numerosas formas de abordarlo. Hay varias perspectivas sobre el cuerpo, de la medicina al arte, de la antropología a la moda, siempre hay nuevas formas de conocerlo y varias posibilidades de encontrarlo extraño. En nuestra cultura, que privilegia la imagen y la mirada, se evidencia el cuerpo, por lo que es fuente de sufrimiento, insatisfacción y frustración.
Normalmente escucho en consultorio la manifestación de algunos síntomas corporales. Aquí hay un sufrimiento desencadenado por cuestiones emocionales, “es un dolor de estómago”, son los dolores de cabeza, los ataques de ansiedad, el insomnio, la falta de apetito o la alimentación descontrolada. También podemos incluir aquí la insatisfacción corporal, un ideal de un cuerpo perfecto que nunca logra, siempre falta, por lo que genera angustia y causa sufrimiento.
El tratamiento psicoanalítico tiene como objetivo tocar el cuerpo afectado por los síntomas corporales a través de la palabra. Para Freud, el cuerpo no debe confundirse con el organismo biológico, campo de estudio de las ciencias médicas. Por el contrario, se presenta como un campo donde se desarrollan las complejas relaciones entre lo psíquico y lo somático, aquí el cuerpo es el personaje integral en el juego de esa relación. El psicoanálisis, contrariamente a la creencia popular, partió de una forma de tratar los problemas del cuerpo, no se presentó como una técnica para tratar los problemas de la "cabeza". Así, partió de ciertas disfunciones corporales, cuyo paradigma eran los síntomas histéricos. Al escuchar las conversiones sintomáticas de los histéricos, Freud se alejó de la medicina y comenzó la construcción del psicoanálisis. En la histeria, la parálisis, la ceguera, el dolor, la tos no tienen su origen en la realidad biológica, sino que son el material de una narración visual, en la que la imagen se erige como testimonio de un sufrimiento diferente al sufrimiento de un cuerpo enfermo. Es esencialmente, dice Freud, sufrimiento psíquico.
Podemos tomar como características del cuerpo, su capacidad para interactuar con el mundo y desde allí producir sentidos. A través del cuerpo, el ser humano se inserta en un espacio cultural y social, a través de su cuerpo produce sentidos e integra la red de significados del grupo social al que pertenece. El cuerpo no puede entenderse sólo desde una mirada biológica, ya que es un concepto, una forma de significar, un conjunto de percepciones, valores y de significados. En palabras del psicoanalista Fernandes, "el cuerpo psicoanalítico obedece a las leyes del deseo inconsciente, constituyendo un todo en funcionamiento coherente con la historia del sujeto".
Es en este sentido que el psicoanalista Jairo Gerbase afirma que “el individuo es un cuerpo”, así, el cuerpo interesa al psicoanalista en su unicidad, como uno, como lo que se cuenta y al trabajar el cuerpo también está tratando al sujeto. En palabras del autor, “Poner cuerpo y sujeto en una relación de equivalencia, si no homología, tiene la ventaja de dejar de lado la división cuerpo / mente. El cuerpo es equivalente al sujeto y el sujeto es homólogo al cuerpo ”. Cuando dejamos de lado el cuerpo / sujeto que sufre, excluimos el cuerpo como campo de experiencia y emoción, ya que el sujeto es en sí mismo esta complejidad. Así como tenemos un cuerpo orgánico, fisiológico y biológico, también llevamos una historia subjetiva en él.
De esta forma, el cuerpo a lo largo de la experiencia de vida producirá numerosas representaciones y funcionará siempre de acuerdo con las motivaciones inconscientes que deciden la causalidad de los hechos que cada uno puede atribuir a las vivencias. Estas elecciones determinarán el lugar que ocupará el cuerpo en la vida del sujeto. La historia de estas representaciones cambiará constantemente y permanecerá abierta para otras futuras historias. Debido a que son cambiantes y por tanto nos permiten aceptar cambios nuevos y sorprendentes, tenemos la sensación de permanecer en el mismo cuerpo, ya que estamos obligados a revisar tales representaciones para cada experiencia que nos afecta y rehacerlas permanentemente.
Referências
ANDRADE, CARLOS DRUMMOND. As contradições do corpo. In: Corpo. Rio de Janeiro: 6ª ed. Record, 1985.
FERNANDES, M. H. Corpo. São Paulo. Casa do Psicólogo. 2008.
GERBASE, JAIRO. A hipótese lacaniana. Salvador: Associação Científica Campo Psicanalítico, 2011.
SORAYA CARVALHO (organizadora). O Inconsciente e o corpo do ser falante. Salvador: Associação Científica Campo psicanalítico, 2010.
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