Gicelma Barreto Nascimento
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la población mundial está envejeciendo rápidamente. Se estima que en 2051 el número de adultos mayores será de 20 millones. La vejez es una fase de desarrollo humano, así como la infancia y la adolescencia, y el envejecimiento es un proceso que se da a lo largo de nuestra vida. ¿Pensaste alguna vez en tu proceso de envejecimiento?
Imaginá que tenés 80 años y estás frente al espejo, ¿qué ves?
Vamos a imaginar que la respuesta fue sobre cambios fisicos en tu cuerpo, como la piel arrugada y pelo blanco, probablemente pensás el envejecimiento a partir de la dimension biologica, lo que puede ser una manera negativa de ver el envejecimiento. Esta visión enfatiza las transformaciones del cuerpo relacionado a grandes pérdidas, ligado a enfermedad, enfatiza una fragilidad corporal. Pensar en envejecimiento de esa forma, casi siempre está asociada a la pérdida de un cuerpo ideal, joven y bello.
Imaginemos que tu respuesta estaba relacionada a la dimensión temporal, como por ejemplo tener más tiempo libre para no trabajar o pensaste en la jubilación, estás pensando en el envejecimiento a partir de la dimensión social y económica . Relacionar la vejez en términos de años vividos, contribución previsional o años de trabajo también puede generar miedos e incertezas ya que muchas veces el trabajo está asociado a la productividad y quedar fuera de ese mercado puede generar angustias y sentimientos de desvalorización y dependencia.
Ahora vamos a imaginar que en tu respuesta no aparece nada de los aspectos psicológicos. Eso puede suceder porque muchas veces la dimensión psíquica fue pensada como dependiente de la dimensión biológica y la social, como si lo que sucediera con el sujeto que envejece fuese puro efecto de las otras dimensiones. Una visión negativa del envejecimiento, considerando sus aspectos psicológicos, es asociar el envejecimiento a las demencias o depresión. Probablemente hayas escuchado que ser viejo es quedarse demente, ser “gaga”, perder la memoria o asociado a patologias como el Alzheimer, mal de Parkinson, entre otras.
¿Te diste cuenta cuanta visión negativa? ¿Por qué será que envejecer, en nuestra sociedad, es considerado algo malo? Y para vos, ¿qué significa envejecer?
Sabemos que la expectativa de vida aumentó, probablemente viviremos más que nuestros bisabuelos o abuelos vivieron. ¿Estamos preparados para eso?
La única manera de no llegar a la vejez es morir antes. Como afirma la psicogerontóloga Graciela Zarebsky, pensar en el envejecimiento implica necesariamente pensar en el transcurso de la propia vida, implica pensar en su final. Por eso, depende de cómo soportamos la idea de que la vida tiene un fin y de que la muerte es la única certeza de la existencia humana, soportaremos o no la idea de envejecer. Aquellos que no la soportan, son los que dicen: “No quiero envejecer” o afirman que quieren morir antes.
En las palabras del escritor brasileño, Rubem Alves “En la vejez, sabemos que la muerte está llegando. Y eso nos torna más sabios y nos hace degustar cada momento como una alegría única. Quien sabe que está viviendo la despedida mira para la vida con ojos más tiernos…”
Según, Graciela Zarebsky podemos hablar en 4 maneras diferentes de enfrentar el envejecimiento: 1- Los que piensan que la vejez es inevitable y no quieren envejecer, 2- Los que caen en la vejez a los tropiezos, o sea, llevando una caída atrás de la otra. Esta es una tentativa de negar ese proceso, una forma de transitarla de una manera muy sufrida; 3- Los que piensan que la vejez es inevitable y se cuidan para transitar de la mejor manera posible, y 4- Los que al llegar en la vejez aprenden a cuidarse y evitar caídas y tropiezos, o sea,aprenden a aceptar las transformaciones propias del envejecimiento.
La psicoanalista Ângela Mucida afirma que el inconsciente es atemporal y, por eso, no envejece. El inconsciente se constituye de trazos, marcas de experiencias sentidas, vividas, imaginadas, asimiladas y traducidas que tornan cada sujeto único. Por eso, no existe vejez en sí, pero si diferentes diferentes maneras por las cuales se presenta.
En psicogerontología, ciencia que estudia los aspectos psíquicos del envejecimiento de una manera interdisciplinar, existe el concepto de identidad flexible o flexibilidad subjetiva para explicar las diferentes maneras que cada ser humano transitará las adversidades del envejecimiento. Aquellos que posean una flexibilidad, una red de abertura, una mayor capacidad de adaptación a los cambios podrá soportar las inestabilidades, las pérdidas, las incertezas y tendrá una mayor capacidad de realizar los cambios en su existencia que le permitirá reconstruirse y continuar reinventándose, viviendo de esa forma, un envejecimiento saludable.
Se trata de poder sustentar que el viejo es un ser deseante, de esa manera, podemos afirmar que envejecer no es sinónimo de crisis ni regresión donde no se espera nada de la vida. El envejecimiento es un proceso singular. Es necesario que nos preguntemos cómo cada uno de nosotros vivencia el proceso, visto que la posición subjetiva que cada uno adopta determinará cómo enfrentaremos las marcas biológicas, sociales y psicológicas en este proceso.
Referências
Mucida, A. (2014). Atendimento psicanalítico do idoso. São Paulo. Editora Zagodoni, 2014.
Zarebski, G. (1999). Hacia un Buen Envejecer, Buenos Aires: Emecé – Planeta, Re-edic. Univ. Maimónides, 2005.
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