Gicelma Barreto Nascimento
Participantes: Aline Lima, Eylla Oliveira, Lindaura Matos, Luna Maia e Valéria Lima
Es sabido que toda teoría psicoanalítica aborda la relación entre las madres y sus hijos y entre los hijos y sus madres, por lo que no hay clínica sin escuchar los posibles efectos de estas relaciones en quienes buscan el análisis. “Lacan desarrolla la noción de función materna para situar cómo un adulto establece una relación privilegiada con un bebé, a través de la cual le transmite el lenguaje, para posibilitar su constitución subjetiva” (Garrafa, 2020 p. 61). Para el psicoanálisis, la función materna es muy importante para el desarrollo psíquico del niño. No necesariamente tiene que ser ejercido por la madre real, puede ser ejercido por otros miembros de la familia o por alguien cercano, sin embargo, son las mujeres quienes mayoritariamente cumplen y realizan esta función.
En Brasil y en algunos países, el Día de la Madre se celebra en el mes de mayo. Pensando en esta fecha tan importante, este escrito busca abordar cómo es para cada mujer-madre ejercer la maternidad. Ser madre es una experiencia radical en la vida de una mujer, exige compromiso y cuidado intenso. Aquí realicé algunas preguntas a algunas amigas cercanas, con la intención de escuchar cómo es para cada una de ellas ser madre, es decir, cómo esta experiencia afecta a cada una de ellas en su singularidad. A continuación encontrarás las respuestas una por una, ¡Que disfrutes de la lectura!
¿Elegiste ser madre? ¿Qué te hizo decidir?
“Yo no elegí. Lo supe cuando ya tenía más de 02 meses de embarazo. Pero cuando vi a mi madre enferma, en ese momento pensé que tener un hijo significaba nunca sentirse sola”. (Lindaura, la mamá de Antônio Jacob).
Sí. A pesar de que la idea de ser madre me asustaba, sobre todo por el cambio de vida que genera la maternidad, no me planteaba no ser madre, pero sabía que necesitaba prepararme psicológicamente para ello y tener cierta independencia económica. . Empecé a ir a terapia y deconstruí algunas ideas preconcebidas sobre la maternidad. Otro factor que pesó en esta decisión fue haber casado con una persona que siempre había manifestado interés por tener hijos y que entendía que compartir las tareas del hogar y el cuidado de los hijos era responsabilidad de la pareja. Esto me ayudó a sentirme más segura al tomar la decisión. Finalmente, llegó un momento en que había que tomar la decisión y ponerla en práctica, porque la mujer tiene un reloj biológico y cuanto más tarde se toma la decisión de ser madre, mayores son las dificultades para quedar embarazada y aumentan la probabilidad en tener un embarazo de riesgo (Aline, la mamá de Gabriel ).
Elegí ser mamá, ¡tuve un embarazo planeado! Siempre quise, nunca tuve dudas. Mi duda era más sobre en que momento. Lo que me hizo decidir el momento fueron dos cosas: la estabilidad del vínculo laboral (hoy soy empleada con un cargo público); y sentirme dispuesta a cambiar mi forma de vida. Solo quería quedar embarazada cuando me sintiera cómoda en renunciar a las muchas horas de sueño que tenía y amaba (risas). (Eylla, la mamá de María Cecília).
Siempre quise ser madre y tener hijos. Lo que me llevó a decidir no fue algo racional y sí un sentimiento de atracción por este universo del embarazo, del parto, de la lactancia y de la maternidad. Recuerdo que aún muy chica decía que iba a tener varios hijos y jugaba, con una almohada debajo de mi vestido, de que estaba embarazada. También recuerdo que cuando era niña amaba estar cerca de mujeres embarazadas y de bebés (Luna, la mamá de Ananda, Liz y Ben).
¡La maternidad es lo más hermoso y difícil que hago en mi vida! No es fácil. No es solo hermoso, es doloroso. Es doloroso en cuerpo y alma, es agotador, pero es increíble como experiencia humana. Es un sentimiento tan fuerte que supera mucho, pero no es fácil. Soy una mujer lesbiana, al momento de la decisión de la maternidad estaba casada, y por consenso decidimos ser madres, sin embargo, este sueño nunca fue mío. Me decidí por la maternidad, por el amor y el compañerismo con mi esposa. Pero los contratos cambian y los niños se quedan. Por lo tanto, deseen hijos solamente si, de hecho, esta es su voluntad y de nadie más. Tu madre, tu marido o mujer, prima, vecina, amigas, esas personas que insisten en que estás en la edad de ser madre, estarán contigo, solamente si son personas que están muy presentes, pero serán solo unas horas al día. El resto del día serás tú, un bebé y una rutina muy difícil (Valéria, la mamá de Liz).
¿Qué significa para vos ser madre y cuáles son los mayores desafíos en la maternidad?
Ser madre significa ser amada y recibir amor todos los días. Es saber que tienes un amor por la vida. El mayor reto es estar 100% para él, trabajar y hacer todas las tareas de la casa, sin contar las diversas opiniones de lo que debes hacer (Lindaura, la mamá de Antônio Jacob ).
Esa frase cliché “ser madre es sufrir en el paraíso” es una gran definición de ser madre, porque la maternidad implica una mezcla de sentimientos y sensaciones, que pueden transitar entre alegría, satisfacción y momentos de angustia, miedo y cansancio. Los desafíos ya comienzan durante el embarazo, ya que el cuerpo sufre cambios profundos que afectan tanto física como emocionalmente. Después del nacimiento del bebé viene el temor de no poder brindarle los cuidados necesarios y de ser plenamente responsable de otro ser; el sentimiento de culpa por no sentir, inmediatamente después del nacimiento del niño, el amor incondicional del que tanto se habla; cansancio por noches de insomnio y el consiguiente agotamiento emocional que genera la falta de sueño; las dificultades para amamantar y el sentimiento de incompetencia cuando, a pesar de todos los esfuerzos, no podemos amamantar; entre otros. ¡No sé cómo habría superado estos desafíos iniciales si no hubiera tenido una red de apoyo! Por otro lado, nos deleitamos con cada descubrimiento del bebé, con el desarrollo de habilidades y se fortalece la relación afectiva, convirtiéndose en un amor incondicional (Aline Lima, la mamá de Gabriel).
Ser madre para mí significa entregarse. Ejercer la maternidad muchas veces es renunciar a lo que es importante para ti porque ahora hay un pequeño ser (un nuevo objeto causante del deseo) que se vuelve mucho más importante que todo lo que era importante. Y eso puede parecer hermoso, pero es muy doloroso. El mayor desafío para mí es estar siempre cansada y no descansar. Mi hija todavía es un bebé, todavía mama, es muy dependiente. (Eylla, la mamá de Maria Cecília).
Significa madurez, crecimiento, entrega, dolor, alegría, una mezcla de muchos sentimientos. ¿Cuáles son los mayores desafíos en la maternidad? Agotamiento, proveniente de la acumulación de tareas que vive la mujer-madre en una sociedad que aún no sabe acoger y apoyar a las madres. Otro gran desafío es poder practicar la crianza con apego y comunicación no violenta con los niños en medio de la vida cotidiana estresante (Luna, la mamá de Ananda, Liz y Ben).
Ser madre es una entrega absoluta. De todo. Del cuerpo, del tiempo, de los sueños... Dejás de ser vos, al menos durante unos buenos años, para ser madre (Valéria, la mamá de Liz).
¿Qué aprendés o aprendiste con su hijo (a)?
Aprendí que el famoso “instinto maternal” es más una construcción y expectativa social que algo natural y biológico, porque el amor se construye a diario. Aprendí que una sonrisa de mi hijo puede cambiar mi día. Aprendí a ser más agradecida y resiliente (Aline, mamá de Gabriel).
Aprendo mucho sobre la paciencia. Ella me enseña todo el tiempo que la vida no sigue mi plan, y que por mucho que AMO planificar y tener mi vida organizada, eso no me garantiza nada. (Eylla, la mamá de Maria Cecilia).
Tener que tener paciencia con sus descubrimientos (Lindaura, la mamá de Antonio Jacob).
Aprendo que soy humana, que sigo cometiendo muchos errores, que aprendo mientras enseño y enseño mientras aprendo. Que mis hijos son muy diferentes a mí. También aprendo a perdonarme y trato de ser más paciente conmigo mismo y con ellos, aunque a veces es muy difícil (Luna, la mamá de Ananda, Liz y Ben).
Liz es un encanto y me enseña todos los días sobre la ligereza dentro del caos. Es posible estar feliz de ver una caja de cartón convertirse en una nave espacial. Es posible ser feliz cuando cambias la funda de la almohada y escuchas: ¡Mamá, qué hermosa! ¡Voy a dormir mucho hoy porque mi cama es hermosa! Es posible ser feliz cuando en medio de un juego aleatorio, de la nada, ella mira y dice: Mami Val, ¡te amo! (Valéria, la mamá de Liz).
Para finalizar, me gustaría agradecer a cada una de mis amigas-madres que aceptaron responder a las preguntas sobre su experiencia con la maternidad. ¡Ha sido un placer escucharlas!
Referencias
Garrafa, Thais (2020). Primeiros tempos da parentalidade. In: Parentalidade. Daniela Temperman, Thais Garrafa, Vera Iaconelli, (organizadoras). 1ªed. Belo Horizonte: Autêntica, 2020. Coleção Parentalidade e Psicanálise 1.
Comments